La Habana, (PL) Mientras las mujeres sueñan con el «príncipe azul», los astrólogos esperan con ansias la superluna azul que será visible este 31 de enero, con una serie de condiciones especiales que no coinciden desde hace 150 años.
A pesar de que algunas personas piensan que el término está relacionado con el color, en realidad se refiere a la sucesión de dos lunas llenas dentro del mismo mes del calendario, algo que sucede aproximadamente cada tres años.
Lo realmente significativo del suceso en esta ocasión, es que coincidirán una superluna, una «luna de sangre» y una «luna azul», y podrá observarse en distintas partes del mundo.
Según los expertos, esa noche, la segunda luna de este mes no solo se acercará de manera especial a la Tierra, dando lugar a lo que se conoce como superluna, sino que también la Tierra se colocará alineada entre su satélite natural y el Sol, provocando un eclipse lunar total.
En este escenario, la luna conseguirá un color entre anaranjado y rojizo, 14 por ciento más brillante de lo normal.
El fenómeno podrá observarse desde la madrugada y hasta el amanecer, lo que en diferentes momentos, en dependencia de los territorios.
En América del Norte, Alaska o Hawai, el eclipse será visible antes del amanecer del 31 de enero. En Medio Oriente, Asia, Rusia oriental, Australia y Nueva Zelanda, la superluna de sangre azul podrá ser vista en la mañana de ese mismo día.
En Europa Occidental y la mayor parte de África y América del Sur, el espectáculo ocurrirá de manera parcial, pues serán zonas no afectadas por el eclipse.
Los científicos aprovecharán la oportunidad, especialmente el eclipse, para analizar las consecuencias del enfriamiento rápido de la superficie de la Luna.
«Durante un eclipse lunar, la oscilación de la temperatura es tan dramática que es como si la superficie de la Luna pasara de estar en un horno a estar en un congelador en unas pocas horas», aseguró Noah Petro, experto del centro de vuelo espacial Goddard de la NASA.
Por tal motivo, aunque son muchos los estudios que se dedican a investigar la Luna, las nuevas informaciones recopiladas pueden ser útiles para fines prácticos, como buscar sitios de aterrizaje adecuados y comprender la evolución de la superficie satelital.
«Estos estudios nos ayudarán a contar la historia de cómo los impactos grandes y pequeños están cambiando la superficie de la Luna durante el tiempo geológico», agregó Petro.
Después de este evento tan peculiar, se tendrá que esperar hasta el 31 de diciembre de 2028 y luego al 31 de enero de 2037, para presenciar otro eclipse total.
Un nuevo suceso especial para este 2018 acontecerá a finales de febrero y principios de marzo, con la alineación de Saturno, Marte y Júpiter durante la madrugada. El 8 de marzo, se les unirá la Luna en cuarto menguante.
Así, el 31 de enero promete ser un día especial, una oportunidad única para vivir este fenómeno que se presenta luego de 150 años, con una mezcla agigantada de tonalidades rojas y azules que convidan a reflexionar sobre la Luna, ese espejo lejano del alma.
(Tomado del semanario Orbe)
Una Superluna de sangre azul 150 años después
Por Camila Daza